De Mallorca se conocen, por supuesto, su capital, Palma de Mallorca, y sus playas. Sin embargo, si nos alejamos de las zonas más turísticas, encontramos rincones ocultos que vale muchísimo la pena conocer. En este artículo, haremos un pequeño viaje a través de tres de los pueblos más bonitos de Mallorca: Valldemossa, Alcúdia y Portocolom. Cada uno de estos lugares tiene su propia historia única, su encanto peculiar y su paisaje espectacular. ¡No deberías perdértelos!
Valldemossa
A tan solo 17 kilómetros de Palma se encuentra Valldemossa, un pueblo que parece sacado de un cuento de hadas. Este encantador pueblo se encuentra en pleno valle de la Sierra de Tramuntana, entre las montañas y el mar Mediterráneo. Su núcleo urbano se caracteriza por calles empinadas, fachadas de piedra y edificios que se mezclan armoniosamente con la exuberante vegetación de la zona. El verde de las puertas y ventanas de las casas contrasta exquisitamente con la sobria piedra con la que están construidas.
Pero lo que realmente destaca en Valldemossa es La Cartuja, un antiguo monasterio que fue residencia de Jaime II y más tarde ocupado por los padres cartujos desde 1399 hasta 1835. Posteriormente, personajes ilustres como el compositor Frédéric Chopin y la poetisa George Sand dejaron su huella. Actualmente, el museo de La Cartuja alberga partituras, escritos y recuerdos de estos famosos visitantes, incluyendo el piano “Pleyel”.
Otro punto de interés en Valldemossa es el Museo Municipal, que cuenta con una antigua imprenta Guasp y una colección de 1,450 planchas xilográficas. Además, alberga materiales recopilados por el Archiduque Luis Salvador de Austria sobre la isla y una pinacoteca centrada en la Sierra de Tramuntana. Por otro lado, una sala de arte contemporáneo expone obras de artistas como Miró, Picasso y Tapies.
Valldemossa también es conocido por la iglesia parroquial de San Bartolomé, que data del siglo XIII, y por la casa natal de Santa Catalina Thomas, nacida en el pueblo. No olvides visitar el puerto de Valldemossa, un pequeño puerto pesquero que conserva su encanto tradicional.
Alcúdia
Alcúdia te espera en el noreste de Mallorca, a un pasito del Club de Golf Alcanada. Fundada como villa por el rey Jaume II en 1325, se extiende a lo largo de la costa, con kilómetros de playas arenosas y acantilados impresionantes. Esta área es famosa por su dinámica social y su infraestructura turística, que ofrece una amplia gama de actividades para los visitantes. Alcúdia combina historia, cultura, playas, montañas y el toque de diversión que cualquier viajero pueda desear.
No puedes perderte una visita a las ruinas de la ciudad romana de Pollentia, donde se pueden explorar el Foro, la Casa de los dos Tresors, el Teatro Romano y el Museo Monográfico de Pollentia. La ciudad romana de Pollentia, fundada por Quint Caecilius Mettellus en el año 123 a.C., es un testimonio de la antigua historia de Mallorca.
El casco antiguo de Alcúdia cuenta con la iglesia de Sant Jaume y el Museo Parroquial. La iglesia, de estilo neogótico, está dedicada a Sant Jaume, el patrón de la ciudad. El Museo Parroquial, situado en el mismo recinto, alberga una colección de obras religiosas, pinturas, muebles y objetos utilizados en celebraciones religiosas a lo largo de la historia.
Portocolom
Portocolom, situado en la costa sureste de Mallorca, además de ser el hogar de Vall d’Or Golf, es uno de los puertos naturales más impresionantes de la isla. Ligado a la historia de la piratería y marcado por la creación de atalayas en el siglo XIV, este lugar es un tesoro escondido que combina la belleza natural con una historia fascinante.
El puerto natural de Portocolom es el más grande de las Baleares y ha sido testigo de siglos de actividad pesquera y comercial. En el siglo XVIII, se construyeron las primeras infraestructuras portuarias y el edificio de la Aduana en 1854. A finales del siglo XIX, el comercio de vino experimentó un auge, pero fue abruptamente interrumpido por la crisis de la filoxera. No fue hasta mediados del siglo XX que el comercio se reanudó.
Portocolom se caracteriza por tres tipos de construcción únicos: casas con palco en el primer piso; varaderos o barracas y el faro, que se encuentra en la entrada del puerto y data de 1860. El municipio ha sabido conservar su carácter original y es un destino ideal para aquellos que buscan relajación y autenticidad. Las playas, como Cala Sa Nau y Cala Marçal, son hermosas y tranquilas, siendo el lugar perfecto para disfrutar del sol y el mar. Además, en invierno, puedes realizar una caminata hasta el monasterio de San Salvador, ubicado a más de 600 metros de altitud, y disfrutar de las vistas.
Descubre los pueblos más bonitos de Mallorca
Mallorca es la isla perfecta para el golf, con varios campos de golf a menos de una hora en coche entre ellos. Pero también es un lugar para explorar y disfrutar cuando no estamos jugando. Valldemossa, Alcúdia y Portocolom son solo una muestra del encanto que esta isla tiene para ofrecer, pero hay muchos pueblos más. Así que, cuando planifiques tu próximo viaje a Mallorca, asegúrate de incluir pausas para conocer estos encantadores sitios en tu itinerario. ¡Seguro que descubrirás la auténtica Mallorca y te enamorarás de ella!